Conversamos con David Jarrin, quien nos muestra una perspectiva general sobre los procesos que sigue para desarrollar su obra y la importancia de generar diálogos sobre identidades visuales, disidencias sexuales y performatividad del género
Me gusta siempre decir que mi obra y mi vida transitan dentro de reflexiones sobre las disidencias sexuales, enfocándome por ahora en la ciudad. También, como me riego en la memoria y en mis prácticas de performatividad de género para entender distintas cosas en nuestras conformaciones de identidades, de expresiones y afectos. Transito en encontrar esta identidad CUIR con C y al mismo tiempo conversar con mi comunidad. Eso he ido haciendo últimamente con mi obra de titulación y con lo que hice en el CAC. Han sido obras que han tocado lo comunitario, han estado hablando con ciertas partes de disidencias sexuales y a veces se desarrolla en distintos medios.
Yo no me desarrollo en un medio, sino que camino en lo que siento que la idea o la obra necesita, sobre la base de eso voy explorando distintos medios o explorando distintas formas de materializarlo. Me gusta el diseño gráfico, el modelado 3D, la escritura a veces y las instalaciones. Me gusta que nunca esté cerrado a las posibilidades de seguir explorando.
Mi proceso surge mucho de ideas que salen con las conversaciones que tengo con mis amigues o a veces en las mismas dudas que salen al momento que tengo espacios en los que estoy con mi comunidad, suelen ser en fiestas o ahora en convivencia por Zoom. A veces recurro al dibujo como un detonante de ideas o conexiones entre las palabras o conversaciones, de ahí se va desarrollando. Pero creo que el proceso es siempre como explosivo, nunca es paso a paso, sino que va para allá y luego se retoma, luego es otra cosa y se va sumando. Lo que me gusta es que no estoy explorando solo una, siempre estoy haciendo varias al mismo tiempo. A veces unas fracasan, a veces esos fracasos están en otras cosas. A veces muchas obras se unen en una misma, eso me ayuda a conectarme con un tema. Siempre exploro esto de la identidad, la performatividad de género y las identidades cuir, transito alrededor de ello. A veces leo un texto que las alimenta a todo o le empuja a otra cosa y resulta que es basura. Hay distintos mecanismos en el desarrollo.
Al principio mi obra era una búsqueda de identidad y ahora es una búsqueda de identidad cuir. Hay muchos motivos del porque hago lo que hago. Primero al hacer esta obra he reflexionado mucho sobre nosotres las disidencias que habitamos en la ciudad y como accedemos a información o donde tenemos accesibilidades y donde no. Yo decía ‘‘quiero un lugar donde pueda hablar con mis amigues y gente cuir’’ y solo había las fiestas, pero cuando vino la pandemia ya no había ningún lugar, entonces ahí encontré la app como un medio para conectar con gente. Esto para mi fue entender qué sucede en la ciudad y también siento que resultó una cosa muy educativa tanto en el proceso como en la conclusión. El de ir conversándonos y deconstruyéndonos en la idea del cuerpo. Los usuarios de Grindr me preguntaban millones de cosas y yo también tenía que buscar para mandarles. Me preguntaban terminología y las mandaba glosarios o links de Youtube, o a veces textos. Lo mismo pasó en la exhibición que hubo también esta necesidad de educar con teoría queer. Me acuerdo de que mucha gente me decía ‘‘al momento de leer entendí muchas cosas que no sabia que pasaba con ustedes’’ y me agradecieron por eso. Era gente del barrio, de otros contextos, también puede ser gente LGBTIQ que quizás no tenia tanta información sobre la teoría. Muchos amigues me preguntaban de quien eran los textos y les pedía el mail para enviárselos después. Al final siento que el arte es educación y también imaginación. Que el espectador entre, se divierta, ficcione, converse, comparta.
Las obras activaban dinámicas del imaginar, la ironía y también de la sexualidad que es un tema muy difícil de hablar, ese fue el momento perfecto donde podían decir sus fantasías mas densas.
Creo que la academia y la institución ha afectado mucho como se presenta el arte. Siento en mi contexto que salgo mucho con mis amigues que no son artistas, con mis papas, con mi familia que no saben mucho del tema; entrar al museo les resulta difícil. Desde leer bastante a no entender lo que estas leyendo. Esa dificultad yo le veía a mi papá, leía la mitad del párrafo y decía ‘‘ni cagando, no entiendo nada’’ y solo se paseaba. Entonces decía ‘‘¿a dónde estamos llegando?’’ o ‘‘¿a dónde quiere llegar el arte?’’. Quiere ser educativo, pero se vuelve un poco selectivo sobre quien puede leer y como puedes leerlo. Mi obra fue siempre un volver a mis amigues y preguntarles que se imaginan. O hablar con mi abuela y mi mamá y preguntarles cosas, que les hace pensar si les doy una escultura y una pequeña frase. Ahí surgió la idea de que sean frases cortas como mensajes de texto para las partes educativas o que el texto de sala sea algo abstracto con palabras sencillas. Al final es complejo entender y estudiar arte.
Para mí el arte debería ser diversión para todes. Que si no lo lees igual lo entiendas de alguna manera, siempre me ha gustado el juego como esa entidad que te puede enseñar.