“El silencio no nos protegerá, ya no nos callaremos”.
Citaba Alice Diop durante la aceptación del premio, la frase de la poeta afroamericana Audre Lorde. Esa noche la cineasta francesa Alice Diop marcó dos goles en Venecia llevándose con ella el Gran Premio del Jurado y el primer premio de cine, dos galardones otorgados a su primera ficción, “Saint-Omer”.
Filme inspirado en una historia real de un juicio por infanticidio. Laurence Coly, la protagonista de la película interpretada por Guslagie Malanda, es una inmigrante senegalesa acusada de haber matado a su bebé de 15 meses al abandonarla en una playa del norte de Francia durante la marea alta. “Saint-Omer” busca explorar “la gran pregunta universal” de nuestro “relación con la maternidad “, detalló la directora. Cuya película se estrenará en los cines de Francia el 23 de noviembre.
Migrantes entran y salen de un centro médico para refugiados en los suburbios de París. Su sufrimiento se intensifica por sus viajes a Francia y por la precariedad de sus vidas cotidianas. Dentro de un único cuarto, un médico clínico ayudado por un psiquiatra, intenta reparar sus cuerpos y mentes.
Retrato caleidoscópico de la gente de la periferia parisina, cuyas vidas y trabajos están conectados por el tren RER B que atraviesa la ciudad de norte a sur. Un mecánico migrante, una cuidadora de personas mayores, un escritor y la escritora misma conforman el “nosotros” del título.
El cortometraje de Alice Diop traza el desgastado terreno de la masculinidad al seguir a un grupo de hombres que van de un lado a otro en una ciudad moderna y actúan de la forma en que la sociedad y sus amigos esperan que actúen los “hombres”. Pero sus monólogos internos revelan otros deseos.