Sumérgete en la fascinante exposición de Juana Córdova en Saladentro, Cuenca. Nacida en Cuenca y actualmente radicada en la costa ecuatoriana, Juana ha encontrado en la playa su laboratorio creativo, explorando la belleza y las cicatrices del paisaje. Su obra está repleta de imágenes poéticas y metáforas plásticas, que se destacan por su concisión formal y significado profundo. En esta ocasión, al regresar a su lugar de origen, Juana nos presenta una propuesta aún más sutil y audaz. Su punto de partida es una metáfora al cuadrado, de linaje barroco, que a través de esferas metalizadas nos invita a reflexionar sobre la fragilidad del agua y su vital importancia en medio de la amenaza de la minería y la degradación ambiental. Del 4 al 27 de mayo, la exposición ‘No todo lo que brilla…’ nos sumerge en un universo artístico lleno de significado y nos desafía a repensar nuestra relación con el entorno natural en Saladentro, Cuenca.
Nacida en Cuenca, en la sierra ecuatoriana, Juana Córdova reside hace más de diez años en la Costa. Allí ha hecho de la playa su gran laboratorio creativo y ha aprendido a mirar la belleza y las heridas del paisaje, a descubrir los secretos movimientos de su entorno natural. Si hacemos un repaso veloz nos percatamos de que su obra está llena de imágenes poéticas, de metáforas plásticas de una extrema concisión formal y de una gran densidad significativa.
Esta vez, de vuelta a su lugar natal, la propuesta de Juana es aún más sutil y al mismo tiempo más audaz, pues su punto de partida es una suerte de metáfora al cuadrado, de linaje barroco, tanto por su imaginería como por su construcción. Si Góngora llamó “sonoro cristal” al agua que fluye por el riachuelo, a través de sus esferas reflectantes la artista empieza trasmutando el agua en espejo, es decir, en una superficie que nos refleja, que nos contiene, y que al comprendernos nos interroga. Con ellas la artista interviene en el paisaje natural y construye un paisaje distópico que prefigura el desastre ecológico (partes de su instalación Yacimiento). Así, estas esferas metalizadas se insertan como una paradoja visual, como una pregunta urgente al espectador, interrogándonos desde su belleza y extrañeza, como apariciones mágicas sobre el agua. Su presencia fantástica, la ilusión y el “espejismo” que suscitan alegorizan la ficción cultural que fundamenta el oro.
El escenario y el motivo de No todo lo que brilla… es el Macizo del Cajas, una maravillosa área protegida, situada en los Andes sur del Ecuador, con más de mil cuerpos de agua, cuyos bosques y páramos conforman un entramado de recarga hídrica vital. Este singular ecosistema, fuente natural de agua para Cuenca y la región, se halla hoy seriamente amenazado por la presencia de empresas mineras transnacionales y de la minería ilegal, cuyas operaciones tendrían consecuencias irreversibles para el medioambiente. Por ahora, se han concesionado 46 000 hectáreas para la explotación minera metálica a gran escala. Se prevé que solo en una de las áreas concesionadas se extraerían millones de toneladas que produciría a su vez miles de toneladas de arsénico (un veneno altamente nocivo) y la posible contaminación de fuentes de agua. Son realidades demasiado escandalosas para que las ignoremos.
Ante las feroces agresiones del capital minero global a los entornos naturales, Juana Córdova nos recuerda que el oro está en otra parte, no en el metal, sino en el agua; que tomar agua y vivir del agua es nuestra única y verdadera riqueza, nuestra posibilidad de habitar el futuro. No en vano, completa la obra, la instalación Llave de agua, un grifo dorado –otro brillante tropo visual de linaje barroco y filiación duchampiana– que evoca nuestro saludable hábito cotidiano de beber agua de la llave. La presentación culmina con un gesto sencillo pero simbólico: brindando agua natural frente al río Tomebamba.
Juana Córdova nos demuestra que las metáforas que el arte propicia no son meros ejercicios retóricos, sino tecnologías de la imaginación que revelan múltiples fisuras, conflictos y peligros cuando todo parece en orden y en calma; que la metáfora es ese sueño que soñamos despiertos.
Cristóbal Zapata
Cuenca, abril de 2023