NRV: ¡Hola Mayro! ¿Cómo estás? Estaba mirando tu cuenta de IG 👀. Me encanta cómo organizas tu feed, se ve lindo; yo lo llamo ‘curaduría de feed’. Bueno, resulta que estaba revisándolo y me encontré con LXS NIÑXS. Recuerdo que me habías hablado un poco del proyecto hace tiempo. ¿Por qué no hablamos sobre eso? Cuéntame de dónde surge LXS NIÑXS.
MR: Hola Norton,
Estoy bien espero que tú también. Gracias por lo de mi feed de instagram, si trato de que mi perfil sirva como una bitácora visual para mi tú sabes como un moodboard para poder inspirar algunos de mis proyectos. ¡Si! recuerdo haber hablado de LXS NIÑXS contigo sé que no tuviste la oportunidad de ver esta muestra en persona, pero en esto de producir arte siempre se pasa ocuapade.
Bueno, LXS NIÑXS (o como también se lee Les niñes) es una recopilación de autoficciones, historias concebidas sobre la marcha de muchas de mis memorias dentro de mi infancia como una persona no binaria. Tengo que especificar que cuando hablo de autoficciones no quiero decir que estas sean ficciones sino más bien toman algunos recursos estéticos de la ficción para poder hablar de la realidad, de mi realidad de forma autobiográfica.
NRV: Me interesa full lo de tomar los recursos estéticos de la ficción. Pienso en la ficción como algo ilusorio, algo que se convierte en realidad con el tiempo, pero en el momento es solo imaginación. Es como un anhelo, hablando de la ficción a la que he estado acostumbrado. Pero sé que este concepto no es el único de ficción. Quisiera saber el tuyo. ¿Me podrías dar un ejemplo de cómo tomas la estética de la ficción para hablar de un trabajo tan personal y honesto?
MR: Tengo un poco de distancia sobre la idea tradicional de ficción y lo ilusorio, claro para mi hay una intención misma de si la ficción es ilusoria o solo pretende ser un simulacro. Dices que con el tiempo se vuelve realidad y es ahí donde yo diría que más bien siempre es realidad, pero está estructurada como un collage muy bien curado para que no se vean las vetas del papel y parezca un solo cuerpo. Entonces esta pieza es y no ficción por sus pedazos de periódicos que data de un suceso real.
Dices “pero en el momento es solo imaginación” para mí cuando se habla de la imaginación siempre se le da el lugar de inexistente sabes y eso es un problema, siento que su mismo hecho de ser da en sí ya un lugar. Rápidamente pienso en Siluetas Series (1974) de la artista cubana Ana Mendieta, la pieza existe a partir de lo que falta (el cuerpo) y ahí hay todo un proceso de la imaginación que vuelve la ausencia parte de la realidad.
Ahora, respecto a mi trabajo tomo de aquello como posibilidad de hablar de la memoria marica, de la memoria trans, de las memorias pobres, no hablo por otres hablo por mí. Mis piezas son eso son trozos de realidad, de mi realidad unidas y estructuradas desde la imaginación porque en la imaginación está la potencia de mi trabajo y también la reflexión que hay sobre la violencia.
NRV: La imaginación como recurso es bastante fuerte; me gusta esto de que la ficción siempre es realidad. El hecho de imaginar las posibilidades que tiene la vida ya lo convierte en realidad, porque existe en la mente. Eso es suficiente para que algo se considere ‘real’. Ahora, pienso en varias cosas leyendo tus palabras.
Pienso en la ficción como la realidad alterna que es y no es. Nada nos dice que nuestra realidad es la ‘verdadera realidad’; vivimos con la imagen mental de cómo queremos que sean las cosas, quizás no solo por un anhelo de sentirnos seguros en un momento determinado de la vida, sino como algo que ya está pasando. Ahí es donde conecta la ficción, el qué está pasando en este momento, pero en otra realidad. ¿Quién dice que esa otra realidad no nos pertenece? Ahora, esto se puede explicar con la ciencia, cosas de física cuántica y multiversos, que están tan de moda últimamente. Pero la ficción de la que hablas me parece más interesante que los cálculos matemáticos que pueden presentar una ficción.
Hablas de las memorias que te pertenecen, las que solo tú podrías hablar porque es tu objetivo más honesto y humano (lo que hace a este trabajo profundamente bello, a mi parecer). Mencionas que las piezas son trozos de realidad estructuradas desde la imaginación para reflexionar sobre la violencia. Es eso lo que más me llama la atención y da paso a mi otro pensamiento.
Una tormenta de posibilidades, que vista desde el razonamiento científico, se trata de que dentro de las acciones hay una infinidad de posibilidades, todas son válidas y las cosas pueden salir de infinitas maneras. Sin embargo, hay un factor importante donde las posibilidades se fusionan, ese factor es la intención y lo que más se anhela. Es decir, los trozos de realidad de los que hablas tienen un objetivo que es personal y es ahí donde se unen para buscar una misma solución o reflexión, lo que hace que las otras realidades donde pasan otras posibilidades te pertenezcan. ¿En cuántas realidades estás haciendo el mismo trabajo y cuáles son las posibilidades de que uno esté mejor que otro? No sabemos. Lo que sí sabemos es que todos dirigen al mismo lugar, a buscar la reflexión desde el arte sobre las memorias que te atraviesan como persona.
La ficción toma mucho sentido, no sé si me embalé jajaja. Pero al final tu trabajo también se puede sustentar con los números y la ciencia. Quizás es irrelevante, quizás no. Pero filosofar sobre la ficción me ha llevado a ese pensamiento; es lo que me gusta de tu trabajo. Has citado a Ana Mendieta y es coherente, resuena muchísimo.
Quisiera preguntarte si puedes indagar más en el tema de las memorias y la violencia. Tengo una idea de por dónde pueda ir, pero me interesa que salga de tu propio escrito, es más valioso. Igual entiendo que puede ser muy personal y no hay problema con eso.
MR: Definitivamente pensar y entrar a una crítica sobre la imaginación es un recorrido muy largo y complejo más de lo que se cree, porque somos seres simbólicos y por ende completamente seres imaginativos. Ahora bien, sobre la realidad o veracidad del testimonio dentro de la ficción. Cuando hablo de realidad no hablo de grupos que tienen ciertos tipos de privilegios ya que para elles ya existe una veracidad de sus relatos, o sus historias ligadas a su poder adquisitivo, cultural, simbólico, racial, entre otros. Yo hablo sobre la imaginación y la memoria no para elles, sino para quienes quedamos fueras de la misma posibilidad de aspirar a nuestras memorias con la imaginación en la realidad, lxs proletarixs, lxs pobres, lxs trans, las disidencias, los cuerpos racializados que viven en contextos vulnerables y violentos. Creo que en cierto punto hemos tenido mucho en la historia sobre la blanquitud escribiendo sobre la blanquitud y pensando a otres desde a blanquitud, y hay que cambiarlo.
Estoy de acuerdo que muchos de los trabajos que giran en torno a la ficción como parte de la realidad son mal vistos por disciplinas heterocentrada, y de la cual no da cabida a las producciones de conocimiento desde lo sensible. Ahora, ¿sobre quién tiene la pertenencia de la realidad?, bueno esta recae en cada ser y su manera de construirla desde su subjetividad y como es permeada por todo lo que está fuera de ella. Aunque no me interesa mucho eso, sino más bien de quienes son aquelles, y pienso en Gilles Deleuze y una conferencia que dio a un grupo de estudiantes de La Fémis sobre el acto creativo. Él en uno de sus puntos dice que todo el mundo tiene ideas, pero no todo el mundo tiene un objetivo claro o necesidad en aquella idea. Para mi aquello me permite volver a la pregunta de ¿quién está detrás de las construcciones de la realidad y por qué? Y tal vez por ahí pueda yo responder, las pertinencias de la realidad y del mismo hecho de friccionarlas para contar memorias están en aquelles que nunca fueron parte de la historia. Quiero decir una persona trans, marica y pobre como yo entiende lo necesario que es usar otras metodologías mucho más sensibles, porque lo mío no es solo estar pensado en los existencialismos que dan los estudios sobre la imaginación y la memoria. Sino más bien son procesos de aprendizajes que tienden a usar la imaginación para sobrevivir, un constante sobrevivir de la memoria.
Efectivamente en la exposición Lxs niñxs (2021) hay por completo una estructuración de esos pedazos de realidad, en función a ese ejercicio de memoria e imaginación.
Les niñes es para mí aquella idea que ha tomado cuerpo y aun así no aligera su carga, ni olvida el temor de su presencia. Les niñes toma mucho de los elementos del cuento infantil y de las fábulas para estructurar un mundo fantástico y melancólico, una mezcla que ficciona materiales y los conjuga en un simulacro de archivo recompuesto de manera poco convencional. Con elementos fantásticos cuya subtrama es confrontar al espectador a las experiencias del autorx: sus memorias, sentimientos que se mezclan con elementos fantásticos y a su vez con una estética oscura. Es aquí donde me permito dar posibilidad a mis memorias y mi imaginación para rehacerlas en un propio archivo que explora todo aquello de lo que hablamos, infancias trans que se articula sobre experiencias del trauma.
Creo que en este punto me es muy importante hablarte de lo que fue Lxs Niñxs (2021) para que tome relevancia y más sentido lo que suelo trabajar en torno a memorias y violencias.
Lxs Niñxs exhibió piezas como mi primer cortometraje titulado La luna me sigue (2019) un documental que reflexiona sobre la capacidad de la imaginación como herramienta frente a un suceso violento, el abuso infantil. Ya desde aquí muestro dos de mis líneas de trabajo, violencia e imaginación. Tomo de cada una, elementos que coloco a un nivel de memoria-evento sobre una infancia que existe en un presente y que corresponde a una primera persona, mi persona. En Desde aquí puedo ver mi casa (2020), la imaginación prevalece sobre la memoria y se apropia de lugares ajenos, de hogares desconocidos para ensamblar una pequeña imagen simple y cuadrada, construida a partir de retazos de otras casas, intentando ser la imagen de mi primer hogar. Un lugar desplazado a las orillas de la ciudad, donde las calles de piedra eran y son los senderos que nos guían a las casas de caña con techos de zinc y tardes calurosas. Durante las largas conversaciones que tuve con mi curadora Ana Carillo, surgió la pregunta ¿por qué es tan importante para mí tejer memorias, insertando memorias ajenas? Tal vez porque entre los libros escolares que tuve que aprender y las palabras de aliento de conocidos y familiares, entendí que era yo la enfermedad de mi generación y que, por eso, mi historia fue borrada.
La serie Era ase una vez / Garabatos (2021) se desborda por toda la habitación; les protagonistas son niñes a los que nunca he dado nombre, pero que guardan mucho de mí, una mirada contenida en la nostalgia, un algo sin nombre que nos sugiere pérdida y luto. Junto a mariquitas que se agolpan para ser parte de aquellos garabatos, hay aves que parecen estar desmembradas entre las manchas. Un caos que parece estar bajo control. Usar la imaginación para reescribirme es un trabajo arduo que Yuliana Ortiz (2019) puntualiza en su Archivo de la Desobediencia;
“es así como escribir desde la disidencia es, en primera instancia, un yo en constante desmoronamiento”.
¿Desmoronamiento…? Quiero ser sincerx, me desmorono frente a mi mismx; quiero ser sincerx, me vuelvo transparente frente lxs espectadorxs. Cada una de mis piezas tiene un dolor especifico que ha sido cargado por un cuerpo. Así, mi interés es el de documentar aquel dolor para que no desaparezca y la huella sea construida y desbaratada. En Sunshine / Resplandor (2021)− una gran pieza de foto mural compuesta por un sin número de fotografías de atardeceres de mis viajes a un mismo lugar en Manabí − la capacidad de desmoronarse e imaginar construyen un gran cuadrado negro de atardeceres, a los que despojo de su magia para convertirlos en paisajes sombríos. Es la única forma en la que puedo ver el lugar al cual algún día nunca regresaré. Las maricas como yo, pueden desaparecer de entre sus paisajes secos y nunca más ser encontradas.
Estos son espacios que se vuelven poesía y dolor. No es necesario ser explícitos para decir lo violento que puede ser un lugar; eso lo aprendí con las puntadas en mis dedos mientras las monjas me enseñaban a tejer frente a las huertas secas de la escuela. Espacios que intento replicar una y otra vez con las Series invernaderos (2019 – …). Lugares no adecuados para niñes, estructuras que te condicionan. Junto a videos documentales que no tienen voz, pero si una mirada contemplativa que nos recuerdan desde muy niñes, que en la Biología nada perdura. Aves suicidas (2021) es un simulacro de documento inconcluso que contiene una serie de archivo audiovisual educativo, películas documentales que introdujeron en mi un primer significado sobre la muerte, aves que buscan alta mar para suicidarse. Tal vez todo lo que digo suene muy trágico, pero la tragedia es una constante en mis obras y me pregunto, ¿cómo ver los pequeños ápices de luz entre la tragedia? Bueno, es ahí donde el trabajo de la imaginación toma una función específica con la ensoñación. Escribió Bacherlard (2020) en su Poética del espacio “el ensueño poético, al contrario del ensueño de la somnolencia, no se duerme jamás. Necesita, a partir de la imagen más simple, hacer que irradien las ondas de la imaginación” (p.79).
Ya casi para terminar se viene a mí mente las palabras de NoNa Fernández (2020): “hemos dejado mucho espacio a los que no respetan las diferencias ni las versiones disidentes en esta lógica de la prudencia”. He decidido ya no dar espacio a aquellos que aglomeran el mundo con violencia y para elles es esta muestra, para que entiendan que, como yo muches trabajamos desde otras formas que ponen en tensión aquel mundo que ha sido violento con nuestras infancias y adolescencias trans.
_____
Con todo esto te agradezco por la entrevista y espero poder haber respondido algunas de las preguntas en torno a mi trabajo. Como gesto final a esta entrevista te adjunto el link del teaser de lo que fue esta muestra:
Att: Mayro Romero 🌸💜
Mayro Romero
(Portoviejo, Ecuador 1995)
Artista Visual – Directore de cine trans no binarie
Estudiante de la Universidad de las Artes en la escuela de Cine, realizó estudios en el Museo Universitario de Arte Contemporáneo (MUAC) sobre tecnologías de la memoria: Archivo, escritura y atestación y en el Instituto Mexicano de Cinematografía (IMCINE) sobre realización documental.
Su trabajo se centra en las posibilidades de la ensoñación como soporte de las memorias trans. Actualmente, está presentando en festivales su último cortometraje documental. “Lxs Argonautas”, que explora el peso emocional de la guerra en las infancias queer.